sábado, 21 de agosto de 2010

INTRODUCCION

China (en chino, Zhongghuó), país del este de Asia, el tercero más grande del mundo en superficie, después de Rusia y Canadá, y el mayor en cuanto a población. Su nombre oficial es el de República Popular China (Zhonghuá Rénmin Gònghéguó). Limita al norte con la República de Mongolia y Rusia, al noreste con Rusia y Corea del Norte, al este con el mar Amarillo y el mar de la China Oriental, al sur con el mar de la China Meridional, Vietnam, Laos, Myanmar (antigua Birmania), India, Bután y Nepal, al oeste con Pakistán, y Tayikistán y al noroeste con Kirguizistán y Kazajstán. China cuenta con más de 2.900 islas costeras, la mayor de las cuales es Hainan, en el mar de China Meridional. La superficie total de China es de 9.571.300 km², sin incluir el territorio perteneciente a la isla de Taiwan. La capital de China es Pekín; la ciudad más grande del país es Shanghai.
Más de una quinta parte de la población mundial vive dentro de las fronteras de China. Aquí nació una de las primeras civilizaciones del mundo y tiene una historia escrita que data de hace unos 3.500 años. Zhongghuó, el nombre chino del país, significa ‘tierra central’, una referencia a la creencia china de que su país era el centro geográfico de la Tierra y la única civilización verdadera. Hacia el siglo XIX, China se había convertido en un Estado política y económicamente débil. La llegada del gobierno comunista en 1949 es uno de los hechos más importantes de su historia; en un periodo de tiempo muy corto tuvieron lugar unos cambios tan radicales que afectaron tanto a la economía como a la sociedad china. Desde la década de 1970, China ha abandonado el aislamiento que se había impuesto respecto a la comunidad internacional y ha buscado modernizar su estructura económica.







Camello de cerámica Tang

Este camello se hizo en China durante la dinastía Tang (618-907). Seguramente se trata de una figura para un ajuar funerario. 
El vidriado fue realizado con plomo y los colores, en su momento, fueron muy vivos. Los ceramistas Tang aprovecharon las propiedades inherentes de la arcilla. 
En aquel momento, los escultores que trabajaban el barro trataban de imitar las piezas de bronce.








El poder de China en Asia durante la dinastía Tang

En todas las épocas han existido uno o dos países que merecen el calificativo de “superpotencia” debido a la influencia que han ejercido sobre la vida militar, económica, política y cultural del mundo. Las superpotencias existen desde la antigüedad y el antiguo Imperio persa y las conquistas de Alejandro Magno sentaron las bases para que Roma, la India Maurya y la China Han llegaran a dominar las regiones occidentales, meridionales y orientales, respectivamente, de Eurasia. En el transcurso de los siglos siguientes, árabes, mongoles, portugueses, españoles y neerlandeses fueron ocupando sucesivamente una posición predominante en un mundo en expansión, seguidos más tarde por los británicos durante los siglos XVIII y XIX.

En el siglo XX, la nación predominante ha sido Estados Unidos. De hecho, las décadas posteriores a 1945 han recibido a veces la denominación del “siglo norteamericano” dada la magnitud del poder y la influencia de Estados Unidos sobre el resto del mundo. Sin embargo, el dominio más allá de las propias fronteras resulta difícil de preservar ya que existen otras civilizaciones que logran ponerse a la misma altura e incluso rebasarla. Para que la influencia de Estados Unidos pueda considerarse duradera deberá igualar la longevidad de la posición de China como superpotencia, iniciada a mediados del I milenio de nuestra era.

Poder político en Extremo Oriente desde 1500 hasta 1850

Entre el siglo XVI y principios del XIX, el este de Asia (el Extremo Oriente según la óptica europea) fue una parte del mundo extensa y densamente poblada con un orden político bastante diferente al de Europa. Analizando muchos de los aspectos de este orden político podemos detectar algunos de los mecanismos que explican cómo entró a formar parte del orden mundial dominado por Europa durante la segunda mitad del siglo XIX. De manera concreta somos capaces de comprender cómo asumieron en principio las autoridades chinas las peticiones por parte de Europa de un incremento de los intercambios comerciales y de los permisos de residencia en China.